El inventor, neozeolandés, se llama Kevin Halsall y el destinatario del invento es Marcus Thompson, quien quedó parapléjico a raíz de un accidente de esquí. Después del siniestro, el ingeniero se empeñó en inventar algo que permitiera a su amigo mantener una vida lo más activa posible… y lo ha conseguido.
El invento consiste en una silla de ruedas llamada Ogo y que funciona sobre la base de la tecnología Segway. De esta forma, la silla se mueve utilizando parámetros intuitivos, lo que la hace más precisa… además de ser manejable sin manos. A todo esto habría que añadir que la silla es todoterreno y viaja a velocidades de 20 kilómetros por hora… incluso fuera de terrenos asfaltados. Por si todo esto fuera poco, Ogo permite practicar deportes o moverse por el césped, algo tradicionalmente vedado a las sillas de ruedas convencionales.
De momento, la Ogo es un prototipo que necesita financiación para poder ser fabricada en serie… y su inventor está haciendo méritos para conseguir ese dinero: Ogo ha llegado a la final del National Innovators Awards, los premios a la innovación que se celebran en Nueva Zelanda.
La silla ha sido probada en discapacitados con rotura medular entre las vértebras torácicas 4 y 12, además de en personas tetrapléjicas. En ambos caso, son individuos que no tienen control abdominal, lo que no les permite el uso de sus manos. La silla de ruedas también tiene estabilizadores para los usuarios que están trabajando o tengan que levantar objetos del suelo. Ogo dispone de batería eléctrica, pero también se puede utilizar de forma manual.
El inventor de Ogo aún no ha fijado el precio de la silla, pero ha asegurado que tendrá un coste al alcance de las personas que la necesiten. Como se decía líneas más arriba, la tecnología utilizada para la construcción de esta silla está basada en la misma tecnología utilizada en el Segway… aunque adaptada al nuevo uso, puesto que en el Segway hay que hacer uso de las manos, algo que no ocurre con la Ogo. El funcionamiento de la silla de ruedas inventada por Kevin Halsall es realmente fácil para el usuario. Equipada la silla con sensores, estos captan cuando el usuario hace un movimiento, con su cuerpo, hacia delante o hacia atrás. En ese mismo momento, el cerebro electrónico de la Ogo manda una orden al motor para que la silla se desplace hacia delante y hacia detrás… y eso es lo que sucede. Y nada de brusquedades: los movimientosde la Ogo son extremadamente precisos y suaves.
¿Cuándo estará Ogo disponible en la mercado? Para eso habrá que esperar. La silla de ruedas inventada por este ingeniero neozeolandés aún no se fabrica en serie… pero ya ha captado la atención de diferentes inversores, por lo que la producción en serie podría comenzar en breve.