Sherrodsville es una pequeña localidad, de apenas 300 habitantes, de Ohio (EE UU). Allí vive Brock Dayton, un joven discapacitado que, desde que tenía 8 meses, sufre de una enfermedad degenerativa, cuyo síntoma más evidente son una serie de convulsiones paralizantes… y por las que, desde que cumplió los 10 años, necesita moverse en una silla de ruedas.
Brock tiene una pasión: las motos. Esto, y que cumpliera 21 años de edad, hizo que su tía Tonya Huff, quisiera dar un regalo especial a su sobrino: un paseo un moto. Pero había un problema, había que encontrar una motocicleta con sidecar adaptado. Tonya contó su propósito a la abuela de Brock, Betty Huff… y ésta, ni corta ni perezosa, puso un anuncio en Facebook.
Preguntaba si alguien, con una moto sidecar, estaría dispuesto a darle un paseo a su nieto. A partir de ahí las cosas se precipitaron.
Como si de un mensaje en una botella se tratase, el anuncio puesto en la red social por la abuela de Brock, llego a la cuenta de John Young, un joven motero presidente de la asociación motera Eagle Riders en la población de Norwalk (Ohio; EE UU). Entre una y otra población hay 2 horas de carretera. El grupo suele hacer actividades solidarias y recaudar fondos para enfermos de diferentes enfermedades.
John contactó con la familia de Brock Dayton y les dijo que Brock no daría el paseo en un sidecar… Brock iría en su propio triciclo motorizado de 4,2 metros de largo y 1,6 metros de ancho, un vehículo construido a mano sobre la base de un Ford Fairlane de 1965.
Los 70 motoristas de Eagle Riders se presentaron en Sherrodsville el día del cumpleaños de Brock. Le pusieron el casco y Brock, vistiendo una cazadora de cuero que había pertenecido a su abuelo, comenzó una excursión de 160 kilómetros por las carreteras del Estado. Además, el regalo de los moteros tenía una segunda parte: entregaron a la familia de Brock los 746 dólares que habían recaudado para la compra de un perro guía.