Durante la Guerra Civil Española la ciudad de Almería sufrió, sumados los llegados por aire y por mar, un total de cincuenta y dos bombardeos. Esto llevo a la población de la época a construir unos refugios subterráneos de más 4 kilómetros de longitud bajo el subsuelo de la ciudad. La instalación contaba con un quirófano y una capacidad de 40.000 personas.
Originalmente, esta red de túneles contaba con 67 accesos… de los cuales se han habilitado dos, como entrada y salida. Ambas bocas, y el túnel de un kilómetro que las une, son totalmente accesibles para viajeros discapacitados.
Así es, quien visite este segmento de refugio, entrará por la Plaza Manuel Pérez García y saldrá por la de Pablo Cazard. El recorrido visitable se encuentra en la planta -1 y se llega a ella a través de un ascensor. También hay un aseo adaptado para discapacitados (común para ambos sexos).
La red de túneles y refugios de Almería fue diseñada por por el arquitecto local Guillermo Langle Rubio, quien contó con la ayuda del ingeniero de minas Carlos Fernández Celaya y el ingeniero de caminos José Fornieles. Acabada la Guerra Civil, los refugios no volvieron a ser utilizados. Sin embargo, las galerías quedaron dormidas, atravesando, como una espina dorsal, la ciudad de Almería y conservando su primitiva estructura arquitectónica. Un recorrido interactivo en el que el visitante puede revivir todo un contexto histórico a través de recreaciones, como el quirófano; herramientas audiovisuales; testimonios de refugiados de la época y paneles interpretativos que reflejan la vida social, económica, y cultural de la ciudad antes y después de la Guerra Civil.
¿Más actividades adaptadas para discapacitados en Almería? Pues si, el tren turístico que comunica el centro de la ciudad con el puerto. El recorrido tiene una duración aproximada de unos 55 minutos y, para las personas con movilidad reducida, el vagón adaptado es el último. En él se ha instalado una plataforma elevadora que maneja el conductor del transporte.