Mar Estarellas, Albert Martín, Alejandro Triay, Adrià Font y Mark Barna. Estos son los nombres de cinco estudiantes de Ingeniería Biomecánica, en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, que han hecho un desarrollo que podría mejorar la vida de muchas personas discapacitadas: una silla de ruedas capaz de captar los impulsos de la mente.
¿Cómo lo consiguieron? Pues buscando, y logrando, el modo de diferenciar las señales que envía el cerebro dependiendo de la dirección a la que quiera ir la persona con su silla de ruedas. El prototipo que han elaborado capta, a través de un casco con electrodos, estas señales del cerebro y las envía a un ordenador. A partir de aquí, los datos se clasifican y, mediante técnicas de aprendizaje automático, las máquinas analizan y reconocen. De esta forma, el robot adquiere estrategias para la resolución de problemas mediante ejemplos, igual que lo haría una mente humana.
El desarrollo ha sido posible gracias al apoyo de la Universidad –han facilitado una impresora 3D que ha permitido a los estudiantes imprimir el casco que capta las señales- y de empresas como Neuroelectrics, que han proporcionado un sistema de electroencefalograma. Hasta el momento presente, las investigaciones se han llevado a cabo a través de un robot. El siguiente paso será conseguir los 12.500 euros que se necesitan para seguir desarrollando la investigación iniciada… además de para mejorar el prototipo incluyendo placas electrónicas de mayor calidad y más silenciosas, motores a escala y baterías para lograr una conexión inalámbrica…