Williamsport es una ciudad ubicada en el condado de Lycoming, en el estado estadounidense de Pensilvania. Allí vive el pequeño Giovanni Hamilton, un niño discapacitado que padece una enfermedad genética rara llamada Síndrome de Schwartz-Jampel, la cual le obliga a moverse continuamente en silla de ruedas. Hoy Goivanni tiene 8 años de edad y está viviendo una suerte de cuento de Navidad. Y es que todo su vecindario se ha unido para hacer posible su deseo navideño: tener una furgoneta adaptada con la que poder ir al colegio, a sus médicos, de viaje con sus padres… La generosidad de sus vecinos lo ha hecho posible.
Este año Giovanni no había pedido juguetes. Este año quería una furgoneta adaptada en la que poder subirse con su silla de ruedas y llevar, así, una vida lo más parecida posible a la que tienen otros niños de esa edad. Sin embargo, ese deseo tenía un precio muy alto (30.000 euros) que su familia no podía afrontar. Sus vecinos y los profesores de Giovanni Hamilton lo hicieron en su lugar
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Para reunir el dinero, lo primero que se hizo fue colgar la propuesta de la compra de la furgoneta en GoFundMe, una plataforma de crowdfunding destinada a reunir dinero para el desarrollo de causas sociales. Allí es donde empezaron a llegar las contribuciones del vecindario… y también fue el modo por el que Michael Cicioni, un empresario de la vecina localidad de Hazleton, tuvo conocimiento de la causa de Giovanni. Michael habló con unos amigos empresarios, propietarios de la empresa F.R. Conversions, una firma especializada en adaptar vehículos para discapacitados. Finalmente, las contribuciones de estos empresarios, sumadas a las muchas de los vecinos de Giovanni, hicieron posible que el sueño de Navidad de Giovanni se convirtiera en realidad.
Es difícil (o quizás, fácil) imaginar lo que debió sentir Giovanni al ver, a las puertas de su colegio de primaria, aparcada la que iba a ser su furgoneta… y a todos sus vecinos rodeando la escena. A partir de ahora, Giovanni se podrá mover con facilidad… y los desplazamientos del niño ya no serán un sufrimiento para sus padres.
Pepe Varela