Esta es la historia de una familia que ha enternecido a los Estados Unidos. Ocurrió en el centro comercial River Town Crossings, situado en la ciudad de River Town Crossings (Estado de Michigan; EE UU). Naomi Johnson estaba paseando con su familia por el centro comercial. En un momento dado, se cruzaron con Papa Noel. Entonces, Landon, el hijo pequeño autista de Naomi y sus primos, pidieron a Naomi que les dejaran subirse a las rodillas de Papa Noel. Todos se hicieron fotos, todos le contaron al viejo bonachón de la barba los regalos de Navidad que le habían pedido y, en un momento, todos se alejaron de allí. Sin embargo, en un momento dado, Landon se volvió a acercar a Papa Noel y le confesó que era autista.
En el momento en el que Landon le hizo la confesión a Papa Noel, según su madre, el niño comenzó a hacer aspavientos. Fue entonces cuando Papa Noel cogió sus manos entre las suyas para calmar sus movimientos y para decirle, entre otras cosas, que no debía avergonzarse de su autismo, que no debía mirar fijamente a los demás y que, también, debía de seguir siendo el mismo buen chico que había sido hasta ahora.
Mientras todo esto ocurría, la madre de Landon, desde un rincón discreto, estuvo tomando fotos… una de las cuales, publicó más tarde en su cuenta de Facebook. Después de esto, la imagen fue compartida más de 37.000 veces, ha recibido más de 100.000 me gusta y ha sido comentada miles de veces, muchas de ellas alabando la actitud de Papa Noel. Naomi, cuando se le preguntó que había sentido en aquel momento, comentó que “había sido muy emocionante ver como un extraño, vestido con un traje rojo, le había transmitido al niño lo que ella había intentado hacerla comprender durante años: que era un niño muy especial y que no debía cambiar nunca”.