1.Tipo de rueda
Es algo fundamental. La elección deberá depender de si la persona que la va a utilizar, puede -o no- impulsarse por sus propios medios. O lo que es lo mismo, si tiene fuerza en los brazos para poder desplazarse a sí mismo sin necesidad de la ayuda de un tercero. Si la persona busca su propia autonomía la elección será sin duda la rueda trasera grande, en caso contrario, elegiremos la rueda trasera pequeña.
- Rueda grande, rueda pequeña
Las ruedas grandes son más recomendables para exteriores y suelos accidentados. Las ruedas pequeñas son mejores para su uso en interiores y para la práctica de deportes por su mayor rapidez de giro en superficies lisas y duras.
- Tipo de material
Otro elemento básico, a la hora de elegir que silla de ruedas nos vamos a llevar a casa (y que va a tener que ser empujada por variados tipos de terrenos y superficies) es su peso. El acero es más robusto y más pesado; el acero ligero pesa menos -tiene un menor grosor de tubo-, pero mantiene unas prestaciones similares a las de acero standard; por último, el aluminio es más ligero, pero algo menos estable que los dos anteriores.
- Distribución del peso en la silla
Un mayor peso sobre las ruedas delanteras provoca un mayor rozamiento, pero al mismo tiempo hace que la silla sea más estable. Una silla de ruedas estándar tiene una distribución del peso de 50/50%, mientras que una silla ligera ajustable tiene una distribución del peso de 80% en la rueda trasera y 20% en la delantera (aproximadamente). Esto hace que ruede mejor que una estándar pero que sea menos estable.
- Ancho de la silla
El quinto punto a tener en cuenta es el ancho de la silla. Si el usuario es una persona delgada (hasta 60 kilos) tendremos suficiente con una anchura de 40 cts. Para un peso de hasta 75 kilos, lo suyo serán unos 42 centímetros. Para pesos superiores deberemos pensar en más de 45 centímetros.
- Lugar de uso habitual de la silla
¿Qué se va a utilizar, habitualmente, en casa? Entonces, lo recomendable será utilizar sillas con rueda trasera pequeña, puesto que son más estrechas al no incorporar el aro exterior y permitir radios de giro menores. Para una silla de uso exterior -sobretodo, cuando el usuario no se puede autopropulsar- habrá que pensar en una rueda trasera grande… ya que superará ésta, con una menor dificultad, un terreno irregular.
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