Una vez más, el mundo de la discapacidad aparece en la gran pantalla… Hablamos de Aves de Paso, una historia muy interesante y bien articulada, llena de mensajes. Dirigida por Olivier Ringer e interpretada, en los principales papales, por Clarisse Djuroski, Léa Warny, Alain Eloy y Myriem Akkhediou, el guion es curioso y original: Cathy recibe un regalo de su padre por su cumpleaños: un huevo de pato con la intención de que lo incube y sea después su mamá. Sin embargo, y por casualidad, a quien ve primero el pequeño pato al nacer es a Margaux, una amiga de Cathy que va en silla de ruedas. El pequeño pato la ha identificado como su madre, pero los padres no quieren hacerse cargo. Para proteger y salvar al pájaro, las dos niñas se escapan y emprenden una aventura.
Catalogada como película para niños (aunque, en realidad, hay lecturas para todas las edades) la cinta ha recibido galardones en festivales tan prestigiosos como el de Montréal, el Kineko de Japón, el de Zlin en la República Checa, el de Buster en Suecia y el de Giffoni (donde obtuvo el premio del jurado), además del de la European Children’s Film Association (ECFA).
No es fácil definir esta historia… aunque, como hemos dejado caer en el anterior párrafo, es un cuento moral del que espectadores de todas las edades sacarán alguna lección… incluidos aquellos que agradecerán encontrarse con una historia que no se basa en el miedo y la desconfianza. En un mundo absolutamente traumatizado por los abusos a menores, el que los padres, la policía y los adultos que las niñas se encuentran en su aventura actúen con naturalidad y sin alarmismos, es una prueba de una sociedad que confía en sus gentes.
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