Básicamente, porque para mantener una buena salud física y mental es importante llevar una vida que incluya actividad física. A partir de aquí, el grado e intensidad del ejercicio a realizar será diferente dependiendo de la discapacidad, la salud o la edad… aunque siempre teniendo claro que el ejercicio, para las personas con discapacidad motora, es algo fundamental. ¿Por qué? Porque hacer ejercicio físico permite al cuerpo mantenerse en forma y con un buen tono muscular. Por el contrario, La falta de ejercicio puede conducir a un aumento de las posibilidades de contraer enfermedades. Estar sentado en la misma posición puede causar llagas en el cuerpo que son dolorosas y difíciles de aliviar.
Como motivarse
Estamos de acuerdo. Al principio, ante la falta de práctica, el gran reto es motivarse para hacer ejercicio. En este caso, hacer ejercicio acompañado, puede resultar de gran ayuda. Además, sería bueno dejar un tiempo libre al día para dedicarlo el ejercicio y convertirlo, así, en rutina. Por otra parte, practicar deporte en equipo, como por ejemplo el baloncesto en silla de ruedas, ofrece una excelente oportunidad para un poco de diversión competitiva. En todo caso, cada persona debe tener una prioridad: hacer el tipo de ejercicio que más le guste y que su condición física le permita realizar