¿Has oído hablar del A-Ball? Es la denominación oficial de una nueva disciplina deportiva internacional de fútbol en silla de ruedas.
Practicar este deporte posible gracias al desarrollo de un dispositivo especial que permite controlar el balón actuando como los pies. Es capaz de retener el balón, permite avanzar con él, dispáralo, pasarlos e incluso… darle efectos. ¿Se puede pedir más?
Fútbol sobre ruedas
Desarrollado en el Pabellón Municipal de Nazaret (Valencia), esta modalidad deportiva se encuentra aún en fase experimental. Aunque ya está lo suficientemente desarrollado como para poder expandirse por el mundo. Y, es que, en realidad, el A-ball aspira a ser modalidad deportiva paralímpica en un futuro muy cercano, como ya lo son el baloncesto o el pádel.
Desarrollo español, nombre inglés
A la hora de buscar un nombre con el que bautizar a este deporte, se acabó jugando con los vocablos ingleses able (capaz) y ball (pelota). Una vez localizado el nombre, el A-Ball comenzó a crecer en el auspicio de la Federación Española de Fútbol. Además, ya se han iniciado los contactos para homologar las reglas del juego (similares a las del fútbol sala) a través del CSD.
Inquietud de un ex futbolista
El A-Ball surge a partir de la inquietud del que fuera futbolista internacional del Valencia, Fernando Giner. Según ha contado en más de una entrevista, en todos los equipos en los que jugó se repetía una imagen que no se le borraba: la de muchos jóvenes esperando en silla de ruedas para obtener un autógrafo al final de cada partido. “Había chavales que, hacía poco tiempo,o estaban dentro del terreno de juego disfrutando con sus amigos y, ahora, ya no podían jugar, muchos por un accidente de tráfico”.
Giner estuvo mucho tiempo preguntándose que podía hacer por estos chicos. Primero fueron dibujos y bocetos. Dos años más tarde, aparecen los otros dos pilares claves de esta historia: César Iribarren, ingeniero industrial y profesor de Gestión Deportiva en la UPV, y José Noblejas Granero, dueño de la empresa de ortopedia Ortoprono. Los tres pusieron el proyecto en común hasta dar con la herramienta (casi) perfecta. Es así como nace una silla de ruedas manual, robusta y sencilla con una especie de pinzas (o palas) con las que controlar el balón. Es decir, todo lo que se necesitaba para que se pudiera utilizar en todos los campos de futbol del mundo.