Si hay un niño discapacitado en la familia, a la hora de salir de viaje hay que plantearse una serie de cuestiones previas. Y es que, ser previsor, es la mejor manera de evitarse problemas posteriores. Se da por hecho que el vehículo está adaptado a las características de la discapacidad del viajero (equipamiento y adaptación del vehículo , soporte postural, asientos de seguridad, arnés…). Hecho esto, habrá que:
–Preparar al niño, aún antes de subir del coche.
-Ubicar al viajero para que el trayecto le sea lo más cómodo posible.
-No olvidarse de nada de lo que el niño pueda necesitar durante el viaje.
Hecho esto, hay que tener en cuenta que, realizar una serie de preparativos, cuando se viaja en coche con un niño discapacitado, que puede tener necesidades específicas, es algo sencillamente vital. Hay que observar temas como la comodidad, su alimentación, seguridad… y así sucesivamente. Para evitar cualquier contingencia, no estaría de más, cargar en el coche un pequeño kit de soluciones de emergencia que incluya:
–Toallitas húmedas para limpiarse las manos.
-Toallitas para esterilizar superficies, incluyendo algunos asientos de inodoro.
-Papel higiénico.
-Cinta adhesiva para virtualmente, reparar, cualquier cosa rota que necesite de una solución 
rápida.
–Aceite multiuso para enfrentarse a cremalleras atascadas, tapas…
–Linterna para buscar elementos que puedan caer debajo de los asientos o en zonas oscuras.
Además de lo incluido en la lista, hay algo más que no debe olvidarse. Equipar nuestro Smartphone con app´s que pudieran sernos de utilidad -desde consejos de primeros auxilios a ubicación de instalaciones adaptadas (áreas de servicio, alojamientos, restaurantes…)
