Por cada vida. Este es el lema que identifica a Hospitaliery, un batallón médico famoso por su arrojo en los momentos más complicados de la Guerra de Ucrania. Su base de operaciones se encuentra en el edificio de un antiguo orfanato situado a las afueras de Pavlograd, una pequeña ciudad ubicada en el Este de Ucrania.
Dentro del edificio todo es sobriedad y señales del conflicto cercano. Las paredes, por ejemplo, están decoradas con pequeños carteles informativos y diferentes objetos traídos del frente -señales de tráfico tiroteadas, cascos, proyectiles…-. Aquí manda Yana Zinkevich, fundadora y máxima autoridad del batallón médico. Yana está en silla de ruedas desde que sufriera un accidente de tráfico.
Origen del batallón
Hospitaliery nace en 2014, al comienzo del conflicto que, aún hoy, se desarrolla en algunos territorios del Este de Ucrania. Durante el bombardeo de la ciudad ucraniana de Pisky, un capellán habló a Yana de los Hermanos Hospitalarios. En ese momento Yana, que antes del conflicto quiso entrar en la facultad de Medicina de Kiev, decidió que, si sobrevivía a las bombas, fundaría algo similar.
Sin distinción de banderas
Formando parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania, su presencia en batallas como la del monumento de Savur-Mohyla, Ilovaisk o en sucesivos momentos del asedio al aeropuerto de Donetsk, ha granjeado a Yana Zinkevich una gran notoriedad en la sociedad ucraniana. Esto hizo que la gente se involucrara más y más con el batallón, aportando transportes, medicinas, material sanitario. Yana asegura que “en varias ocasiones, hemos ayudado a heridos de las milicias prorrusas separatistas. No creamos esto para trabajar con alguien en concreto, sino para todo aquel que lo necesite, civiles, soldados, voluntarios, … No es una cuestión de bandos, entendemos que son personas”.